Ahí está otra vez, de pie y golpeándose el pecho, sintiéndose y sabiéndose el mejor. Es Ever Ready, el rey del fútbol de Dolores, que ayer en un Estadio colmado le dio forma a una nueva coronación, y en forma invicta, con 9 triunfos y 4 empates. Así pudo alargar la leyenda de un equipo superior, que se calzó la quinta corona en los últimos seis certámenes y que seguramente irá por más.
La historia la escriben los que ganan, y no está mal. Pero si a eso se le agrega que un equipo como Ever Ready gana seguido, y que cuando llega a una final no deja dudas, el salto de calidad es superior. Ayer demostró acabadamente –una vez más- cómo se juegan estos cotejos definitorios, cerrando el paso firme que ya había dado en Castelli en la ida.
El 1-0 del primer partido no aseguraba nada, pero condicionaba a un Independiente que tenía que venir a Dolores con el tremendo peso de tener que torcer ese resultado. No se dio cuenta. Quedó lejos, navegando en la nebulosa y confuso en su papel. Fue atrapado por un inteligente, efectivo y voraz Ever Ready, que jugó cuando quiso, impuso el ritmo y lo mató de contra.
Marcó la diferencia, y mostró las armas para hacerlo ganando 3-1. Ever Ready administró la ventaja, cerró toda alternativa de peligro que podía tener enfrente, pegó certeramente y jugó con la desesperación de un Independiente tibio, sin ideas. No falló otra vez en ninguna línea, y recogió el guante sobre la última final perdida, jugando sólidamente y como saben los campeones.
La sintonía fina del equipo de Irazábal ayer funcionó, y como ya todos saben, cuando eso ocurre es difícil doblegar a Ever Ready. No fue una maravilla, pero bastó para ganar con justicia y autoridad. Fue simple, y rompió la monotonía cuando se moría el primer tiempo, después de haver avisado con una volea de Silva y dos remates de Salinas. Córner desde la derecha de Gelmini, y gol de Silva de cabeza. Enseguida Independiente le puso pimienta al juego, con un cabezazo de Gorgerino entrando en soledad por el segundo palo.
El empate transitorio fue el único momento de paridad que tuvo Independiente, que apostó a poner en cancha a un Alfredo Cámara sin condiciones físicas para estar. Se notó, y mucho. Le faltó fuego al Rojo, porque Barrios chocó y Poveda desapareció entre los centrales. Cero argumentos ante un Ever Ready lleno de vitalidad en el medio con la lucha del gladiador Barberena, la inteligencia de ese monstruo que es Alday –el mejor jugador del certamen- y la astucia del tridente Silva-Gelmini-Salinas, generándose espacios siempre.
Ni mosqueó el blanquinegro con el empate que encendía la luz de esperanza de Independiente, porque ni bien se puso en marcha el segundo tiempo un pelotazo largo sobró a una defensa muy mal parada y le quedó a Gelmini, que encaró mano a mano a Cordero: obviamente no falló, y puso el 2 a 1 que devastó al visitante.
Faltaba, pero ya se vislumbraba el desenlace. Sintiéndose cómodo, Ever Ready empezó a navegar con tranquilidad, manejando todo a su antojo. Independiente chocó insistentemente, Dajer se lo comió a Barrios, Cámara deambuló, Poveda desapareció y Spinelli fue siempre desbordado. Con todo a su favor, el partido tuvo las riendas del blanquinegro, que tuvo chances de aumentar con Gelmini y Salinas, pero no fue hasta el final que el 9 volvió a encontrarse con la red en el festejo interminable del 3-1 que le ponía el broche a la consagración.
Volvió el rey a lucir su corona, esa que apenas se había desacomodado en el torneo anterior, justo cuando a Independiente de Castelli le salieron todas. Ayer plantó bandera otra vez y demostró con hidalguía que sigue siendo el mejor, y que el paso del tiempo no sirve para herrumbrar el cetro que sigue ocupando.
Números
OTRA VEZ INVICTO
El nuevo título de Ever Ready, el 32do. de su historia, vino acompañado de una campaña formidable, porque no conoció la derrota en 13 cotejos, con este detalle:
· Partidos jugados: 13
· Partidos ganados: 9
· Partidos empatados: 4
· Goles a favor: 23 (promedio 1,7)
· Goles en contra: 8 (promedio 0,6)
El dato
En los Playoffs, donde jugó 4 partidos (ganó todos), le marcaron tan sólo 2 goles y anotó 9, promediando 2,25 tantos por cotejo.