Ever Ready se dio cuenta ayer que nada es tan fácil como venía pareciendo, y ante el primer rival duro que se le cruzó en el camino, debió transpirar más de la cuenta para vovler a ganar una vez más. Es cierto que cumplió bien su rol de protagonista, pero si no hubiera sido por un Deportivo Castelli que en el segundo tiempo bajó un cambio, la suerte del líder quizás hubiera sido otra.
Fue una victoria áspera, de esas que la ponen brillo al campeonato, porque Ever Ready fue exigido por un adversario que supo como plantársele para cortarle los circuitos futbolísticos, esos que en el primer tiempo no funcionaron en el equipo de Irazábal. Con Luis Insua parado como patrón de la cancha, el despligue de los pibes Maldonado y Pereyra, y una ajustada defensa, los castellenses dejaron una mejor impresión en la primera parte.
Justo cuando caía la persiana del primer período, el visitante encontró el gol en el enésimo pelotazo cruzado a las espaldas de una defensa que hasta ayer nunca había mostrado tantos errores juntos. La última línea de Ever Ready dio el paso adelante mal y lejos, y habilitó a Ramallo, que con pelota dominada encaró solo, dejó en el camino a un Ranieri que salió sin convicción y tocó al arco vacío para el 1 a 0 parcial.
El planteo le había salido perfecto a los de Celario, que con inteligencia táctica habían dejado atrás claramente a ese fantasma de equipo indiscutido. Pero claro, quedaban otros 45 minutos en los que había que sostener lo hecho para quedarse con los tres puntos, o de otra manera esperar que el líder siguiera regalándose atrás como lo hizo.
Pero Ever Ready cambió, y salió a apurar a Deportivo. Y de golpe se topó con el empate en un tiro de esquina que ejecutó Gelmini, y que le cayó a Capdeville para ponerla por encima de todos con un cabezazo bombeado después que Constantino despejara mal y Milano la levantara para que llegue un compañero. Empezaba otro partido, y el que se animara a más se llevaría la victoria.
En el trajín se cuidaron más, se prestaron la pelota y se tomaron sus recaudos. El partido se tornó ríspido y muy discutido. El árbitro Vallejo, de floja actuación, permitió demasiado el juego violento y que los protagonistas se fueran demasiado de boca. Mientras tanto, Ramallo lo perdía y Gorostiague le ahogaba con los pies el grito a Gelmini.
El tiempo corría y Ever Ready parecía más decidido, emujado por las ganas de Vallejo y Moltoni, y el fervor de Sepero, que jugó un rato gratis porque debió ser expulsado como bien lo fue Jason Maldonado unos minutos después. La mala decisión de Vallejo enardeció al siempre caliente banco de Deportivo, y ni hablar a su gente, que en buen número se vino desde la vecina localidad.
Gelmini se soltó cuando entró Salim y eso hizo mejorar al equipo ayer vestido de amarillo flúo. Deportivo se desordenó y en el sprint final Ever Ready halló la victoria en una pelota parada. Primero Gelmini exigió a Gorostiague en un tiro de esquina muy cerrado, y desde la punta izquierda lanzó el balón envenenado hasta el segundo palo, donde Capdeville apareció solo, la bajó de pecho y fusiló al arquero a los 41’ cuando ya no había tiempo para hacer más nada.
Y así mostró otra vez su temple el puntero, para dar vuelta un partido por tercera vez en lo que va del campeonato, hilvanando su quinta victoria consecutiva. Porque cuando no aparece el juego, otras cosas deben brillar para que un equipo se precie de tal. Y ahí estaba Ever Ready ganando otra vez, con dos goles de un enorme Capdeville, que después se iría expulsado por doble amonestación en su esfuerzo por marcar. De esto también se curten los que de a poco van haciendo historia.
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