No
pudo. Se quedó otra vez a las puertas del pase a la próxima fase del Torneo del
Interior, sólo por esas cosas que tiene el fútbol, que muchas veces por injusto
termina premiando en demasía a quien solamente acertó una de varias. Nada más.
La historia es cruel, y le viene siendo esquiva a Ever Ready, que nuevamente
tuvo que venirse de Ayacucho masticando bronca, como en 2010, y otra vez con
Sarmiento.
Hizo
lo que estuvo a su alcance el conjunto dolorense. Quizás no con la generación
de fútbol que demandaba la circunstancia, que de tan extrema también terminó
acorralando a Sarmiento, que nada tuvo que ver con el que mostró una cara
superior en Dolores. Ayer se animaron poco y se respetaron demasiado, una
cuestión que en el equipo de Irazábal era más valedera porque iba de punto, sin
dudas.
Salió
Ever Ready con un esquema bien claro. La inclusión desde el vamos de Sebastián
Suárez, formando una línea defensiva que completaron Barberena, Vallejo y
Bazterrica, y ocasionalmente Moltoni, evidenciaba que el blanquinegro fue a
buscar el cero en su arco primordialmente. Y no estuvo mal. La receta
neutralizó a los peligrosos Roelofs y Najurieta, que pocas veces entraron en
sintonía.
Ofensivamente,
Ever Ready pasó a depender de Franco Gelmini, que entró enchufado y con ganas
de encontrarse con Córdoba, que cada vez que se lo propuso le armó un lío
bárbaro a la defensa sarmientista con su habilidad. Una linda pared de éstos
que terminó en remate de “Cachito” levantó al público dolorense, que a los 7’ por poco no gritó el primero.
Envalentonado,
el equipo de nuestra ciudad siguió intentando con Córdoba, que a los 22’ hizo un dribbling memorable
y sacó un remate que el arquero Correa envió providencialmente al tiro de
esquina. Lo más peligroso seguía siendo generado por un Ever Ready que
sorprendentemente se para en tierra contraria, al tiempo que Sarmiento recién
respondió a los 28’
con un cabezazo de Roelofs que dio en el travesaño y picó en la línea,
prendiendo la luz de alerta en una defensa que por primera vez las pasaba feas.
La
llegada del local durmió las expectativas del equipo de Dolores, que se retrasó
un poco y permitió que el partido cayera en su ritmo vertiginosamente, pero no
obstante tuvo otra clara en un tiro libre de Gelmini, que a los 35’ estrelló un disparo en el
travesaño después que Correa metiera también su mano derecha para evitar lo que
era una segura caída de su valla.
Con
esa acción se terminaron las llegadas de un primer tiempo que había dejado una
buena imagen de Ever Ready, ante un Sarmiento sorprendentemente desordenado y
sin ideas claras, que no encontraba nunca los tiempos ni la pausa que supo
generar Insaurralde, ayer totalmente desaparecido.
El
complemento mostró a los ayacuchenses mejor parados desde el vamos, y a los 9
minutos en una contra estupendamente manejada por Montalivet, Najurieta recibió
por derecha, se hamacó y enganchó hacia el medio buscando perfilarse, dejó dos
hombres en el camino y cuando encaró a Bazterrica éste le cometió un claro
penal que cobró el árbitro González.
El
propio delantero se hizo cargo de la ejecución. El disparo fue casi al medio, y
allí Tejeda volvió a lucirse una vez más tapando el remate, y enseguida se
repuso para ahogarle el grito a Insaurralde, que estaba cara a cara para
empujar el rebote. Tremenda acción del 1 blanquinegro, y salvada que suponía un
cambio de ánimos notorio. Pero no fue así.
Ya
con Gelmini no tan conectado con Córdoba, y con Sarmiento haciéndose fuerte
desde la tarea de Lorenzo, el partido y el penal no gravitaron a favor de Ever
Ready. El desarrollo comenzó a pasar por el temido “el que hace el gol gana”, y
a los 22’
lo encontró el local en una corrida de Najurieta y el centro perfecto para que
en el primer palo aparezca la cabeza de Toledo para el 1 a 0, en la única desatención
defensiva de los de la calle San Martín en toda la tarde.
Faltaba
mucho para Sarmiento, y faltaba nada para Ever Ready. Las ideas no aparecieron
y arreciaron los pelotazos infructuosos. La entrada de Lanfranchi pareció darle
vértigo al blanquinegro, pero no tuvo acompañamiento. Carlomagno entró tarde y
lejos del área, allí donde en los últimos instantes fue a pararse Suárez como
un gladiador. Pero no alcanzó. Otra vez la historia no estaba del lado de Ever
Ready, que terminó buscando hasta el pitazo final con la cabeza en alto y
demostrando hidalguía. Y a veces ni siquiera eso es determinante.
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