No pareció que jugaban uno
que entró casi por la ventana y otro que clasificó con holgura y hasta
anticipadamente. Dolores ayer se encargó de demostrar (como si hiciera falta) que
en el fútbol nuestro impera la paridad, y que casi todos pueden jugar de igual
a igual. Independiente de Castelli pareció desgastado y hasta sobrado de
confianza, y casi lo paga caro. Fue 1-1 y la ventaja para los ayer visitantes
en la revancha, pero estuvo más cerca el equipo de nuestra ciudad.
Si un rato antes había
brillado Gelmini, otro que mostró su inagotable jerarquía para manejar los
tiempos fue Mauricio Del Valle, que con su escasa aptitud física pero una
eficacia mental notable y una zurda monumental, enarboló el gran partido que
hizo Dolores, que no ganó por muy poco. Le faltó puntería y fortuna, pero le
sobró actitud.
Es raro este Independiente
de Castelli, que a veces alarma con sus lagunas. Ayer Dolores le entró por
todos lados, y si bien el primer tiempo fue bastante cortado, el local llegó y
en la tercera lastimó con una linda definición de Marcelo Arévalo. En el
segundo tiempo pareció reaccionar el conjunto castellense porque empató a los
10’ con un formidable golazo de Poveda. Pero se quedó ahí.
Dolores fue punzante y no
marcó porque Cano –de buen partido- volvió a perderse un gol increíble, y porque
después Arévalo tampoco cabeceó con convicción. Independiente tuvo las suyas
(pocas, porque los hermanos Varela se comieron la cancha defendiendo) y la más
clara fue a los 35’ cuando Canale le sacó a Traverso una chilena, en una atajada
monumental cuando todos los castellenses festejaban.
Fue Dolores el que hizo el
mayor gasto, pero no le alcanzó. Independiente mostró sus grietas pero no
perdió. Quizás eso es lo más importante, porque irá a su casa a defender la
ventaja que ostenta. Por algo fue el número uno. Deberá ratificarlo el domingo
venidero. Si no es así, sufrirá mucho.
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