Como si nada pasara, Ever
Ready sigue sumando y manteniéndose por encima de todos, y de paso ya está
encaminado a convertirse en uno de los cuatro casi seguros que definirán el título.
A esta altura, prácticamente ya no hay dudas de ello, y ayer volvió a demostrar
por qué es el mejor ante Ferroviario, que lo tuvo a mal traer al principio,
pero que cuando se distrajo cobró y no se levantó más.
Algo de masoquista tiene
este Ever Ready. Le había pasado con Social, repitió con Independiente y ayer
lo mismo, con Ferroviario. Le cuesta entrar en ritmo, regala mucho protagonismo
al principio y suele pasar grandes sustos. Ayer el palo y la fortuna le jugaron
dos veces a favor en los primeros diez minutos, primero con un disparo de
Moyano y después con otro de Sanz.
Eso si, en la primera de
cambio, Salinas de contra reventó el travesaño. Eso es lo que tiene el elenco
de Irazábal, un potencial enorme de mitad de cancha hacia arriba, que incluso
hasta disimula las vacilaciones iniciales de un mediocampo perdido y una
defensa a la que le costó otra vez hacer pie. Pero parece ser solo cuestión de
tiempo, nada más.
Es cierto que ayer
Ferroviario no exigió demasiado, más que al inicio. Todo terminó en un rato,
porque a los 19 minutos apareció en su plenitud la voracidad goleadora del
campeón, con una preciosa pelota cruzada de Lanfranchi a Gelmini, que llegó solo
por derecha, amagó ante dos oponentes y la puso abajo contra el caño izquierdo,
bien lejos del arquero Ortíz para el 1 a 0 y la tranquilidad.
El gol cambió todo.
Ferroviario ya no fue tan protagonista como al principio, y la ventaja le
permitió a Ever Ready administrar a su antojo. Se plantó mejor, creció Moltoni
hasta convertirse casi en manija, Gelmini tuvo espacios, y cuando quiso,
Salinas dejó en evidencia su potencial para generarse siempre un espacio y ser
solidario en función del equipo.
Un claro penal de Ortíz a
Jonathan Márquez en el inicio del complemento, que Gelmini cambió por gol,
acabó definitivamente con el pleito. A partir de allí el partido fue un
monólogo de Ever Ready, que jugó con soltura y tranquilidad prestándole el
balón por momentos, a un rival que ya no tenía fuerzas físicas ni anímicas para
animarse a nada.
Sobre el cierre, Carlos
Gabotto le puso el broche a la quinta victoria blanquinegra en forma
consecutiva, coronando una linda combinación entre Carlos Márquez y Salinas,
que el hombre de Sevigné terminó colgándola de un ángulo en forma magistral.
Fue otro paso más de un Ever Ready que ya tiene la clasificación entre manos,
pero que reojo va mirando los próximos duros rivales que se le avecinan.
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