¿Por qué siempre gana Ever Ready? La pregunta a esta
altura está instalada en el mundo del fútbol local, porque parece aburrir con
tanto predominio, y porque su hegemonía hace que todo sea monótono. Hay varias
aristas para destacar de este notable equipo, que más allá de brillos
individuales y colectivos se ha instalado por encima de todos desde mediados de
2012 a esta parte.
Para entender parte de todo esto, vale partir de la
premisa de que Ever Ready es, por sobre todas las cosas, un club de fútbol.
Nació así en 1920, y así debe interpretárselo. La entidad de la calle San
Martín vive y respira fútbol, independientemente que en los últimos tiempos le
haya dado un impulso gigante a otras actividades.
Afuera, un equipo de trabajo
Siempre se dice que un campeón nace desde una base
sólida, apoyada en el famoso trípode dirigentes – cuerpo técnico – jugadores.
En Ever Ready funciona todo aceitadamente, y desde allí los logros son
entendibles. La CD del club ha cedido responsabilidades de organización y ejecución
a la subcomisión de Fútbol, que se encarga de reunir fondos y luego
administrarlos según las necesidades, con el consenso de los directivos.
No escapa al entendimiento de nadie que el
blanquinegro es un equipo “caro”, que tiene muchas figuras de primer nivel
local. Es casi un seleccionado, pensado en su momento con los cañones apuntando
a lo que fue el Argentino B, que por cuestiones políticas, institucionales y económicas
finalmente no se pudieron dar, porque el desafío de la empresa quedó
inalcanzable a mitad de 2013.
Pero además esa política de sumar figuras y armar un
equipo todopoderoso, cayó de perillas en un grupo que conjugado con el cuerpo
técnico da muestras de unión indisimulable. Esto potencia al equipo en la
cancha. Se ven pocos reproches, nadie pone mala cara en las decisiones tácticas
y cuando llegaron otros nombres (Suárez, Alday, Muñoz, Silva y Taylor, por
caso) nadie hizo objeciones, o al menos no las hizo notorias.
La decisión de apuntalar esta especie de Dream Team ha
ido en detrimento de los valores surgidos en el club, es verdad. Eso genera
cierto malestar, adentro y afuera. Contra eso debieron, deben y deberán seguir
lidiando quienes llevan adelante el barco. Como contrapartida a voces
contrarias al proyecto, los éxitos acallan en parte todas las controversias de
propios y extraños. La irrefutabilidad de los números tienen el valor de
acallar cualquier crítica.
En la cancha, un equipo superior
La brillante senda comenzó a transitarla a mediados de
2012, y hasta la última consagración del domingo, Ever Ready fue haciendo un
camino pocas veces visto, por lo exitoso. En ese andar jugó 66 partidos, de los
cuales ganó 40, empató 16 y cayó solamente en 10 ocasiones, con una alta
efectividad del 68 %. En esa serie anotó 122 goles (1,8 de promedio) y recibió
56 (0,8).
Vayamos ahora al plano futbolístico, sustancial en
todo esto. Y volvemos a la pregunta, ¿por qué siempre gana Ever Ready? Lo
primero que se puede decir es simplemente porque tiene el mejor equipo, y
porque ha logrado sostenerlo a pesar del paso del tiempo. Es más, parece haberse
potenciado con la llegada de otros nombres, que dicho sea de paso no se sumaron
en vano.
Cuando a mediados de 2012 Matías Ranieri se fue del
club, a la sorpresa se le agregó preocupación, porque se miró hacia abajo y no
había reemplazante. Llegó Guillermo Hernando, demostrando de a poco ser el
mejor arquero que ha pasado por la Liga en los últimos tiempos. Y cuando “Toto”
se fue llegó Claudio Tejeda, respondiendo siempre con sobriedad hasta que su lesión
lo marginó, permitiendo el regreso del ex Gimnasia.
Atrás el equipo mantuvo una línea de juego, con
Alfredo Díaz, Marcelo Vallejo y Gonzalo Milano. Como centrales hubo algunos
cambios de nombres con Hugo Moltoni, Lucas Speroni y el regreso de Sebastián
Suárez, que con años encima y el físico a medias, mostró con temperamento cómo
llevar un equipo adelante y ordenarlo, desde lo futbolístico hasta lo anímico.
Para este año se sumó Facundo Muñoz, adueñándose del lateral izquierdo.
Jonathan Márquez es sin dudas el mejor volante central
del fútbol dolorense. Lo viene demostrando hace rato. Suele decirse y
escucharse que “cuando él juega bien, Ever Ready juega bien”. Y es real. El
quite, el pase justo, el manejo de los tiempos y la adaptabilidad hacen de él
un jugador completo. En esta parte de 2014 tuvo que aprender a jugar
prácticamente de nuevo, porque Irazábal le puso al lado al fenomenal Jorge
Alday, que no brilla, pero rinde para el equipo. Entre ambos se complementaron
fantásticamente.
Poco puede agregarse de Franco Gelmini, que aunque con
sus lagunas siempre se hizo un lugar para destacarse con sus pinceladas y sus
goles. Fue el máximo anotador de la fase del “tetra”, marcando nada más y nada
menos que 40 (0,60 de promedio por cotejo). Un monstruo que parece jugar y hacer
jugar cuando se le canta la gana, marcando la diferencia. Hoy no hay otro como
él.
A fines del año pasado y con el Torneo del Interior
encima, Ever Ready coqueteó con Santiago Silva, quien finalmente se cruzó de
vereda y levantó polvareda. Se fue de Social y llegó para ganarse un lugar, que
siempre lo tuvo, peleándola con Federico Lanfranchi. Tuvo altibajos adentro de
la cancha, pero demostró encajar bien en el grupo. Y eso es fundamental cuando
se viene de afuera, y máxime del rival. Afuera y adentro, Silva es uno más, y
es muy querido en el plantel.
En la delantera, Gabriel Salinas fue el punta de lanza
ideal. Siempre dispuesto al sacrificio, fue el máximo anotador blanquinegro en
el torneo recientemente logrado, con 9 goles. Un viejo conocido y debilidad del
DT como Rolando Taylor cumplió cuando le tocó, lo mismo que Carlos Márquez, un
laburador silencioso y siempre dispuesto.
Todos estos nombres propios, más otros que acompañaron
siempre, como el de Gonzalo Milano, hicieron mancomunadamente un conjunto que
basó en su fortaleza colectiva su manera de jugar, de planificar todo al
detalle y de demostrarlo desde la parte física, también vital. A veces brilló
cuando plasmó su idea, y otras veces lo hizo resistiendo cuando las cosas no
salieron.
Con el tetracampeonato, Ever Ready no ha conseguido
algo sencillo, y en los pergaminos tiene dos torneos cortos y dos largos, lo
que agranda aún más el triunfalismo. Podrá seguir sumando si sigue su andar, y
si los demás no se atreven a algo diferente le dejarán otra vez el camino abierto.
Si el plantel sigue hambriento de gloria, la vía está allanada para engrandecer
lo que ya se ha conseguido. En la noche del mismo domingo, los jugadores ya se
atrevieron a soñar con el pentacampeonato. La puerta está abierta.
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