lunes, 16 de agosto de 2010

Un equipo que está haciendo historia

No es un hecho casual que Social sea otra vez campeón, para nada. Podría haber perdido la definición con Conesa, es cierto, pero en su calidad de máximo favorito no defraudó, ni en la ida ni en la revancha. Fue perspicaz, atrevido, sobrio y contundente, y con esas armas se sacó de encima a un rival que nunca estuvo a la altura de las circunstancias, porque jamás llegó a mojarle la oreja a los dirigidos por Yori.

Este equipo de Social no fue armado de emergencia, y está haciendo historia. Ya en el Clausura 2009 se consagró con números inéditos, siendo el campeón con más puntos obtenidos en un certamen de una sola rueda, y barriendo con todos sus rivales en las 7 de las 8 fechas del certamen. Todo un récord.

Debió reacomodar parte de su andamiaje para comenzar el 2010, y el DT Fernando Yori eligió muy bien en el abanico de posibilidades que se le presentaba. Ya no estaban en el inicio de esta temporada nombres muy importantes como los de Claudio Tejeda, Silvio Morcella, los hermanos Germán y Miguel Capdeville, y los también hermanos Franco y Mateo Carzolio, aunque éste último se sumó al plantel como otra opción.

Un DT que supo elegir

Tras el alejamiento de esas figuras, el “Pulga” le confió la valla a Bernardo Cerdá, un elemento de la cantera socialista. Rápido de reflejos, sumó a Alvaro Bazterrica, que trajo toda su experiencia acumulada en las inferiores de Independiente de Avellaneda, confirmó el regreso del rendidor Juan Pablo Suárez y sumó a Sebastián Gualtieri, para todos un desconocido, pero con enorme experiencia en el fútbol de ascenso, y Emanuel Flores.

Con esos elementos, más la base del equipo que se había consagrado en la segunda mitad del año pasado, el DT armó un equipo al que le costó ganar de entrada, pero al que después fue muy difícil de bajar. Con Daniel Salom y Hugo Alvarez como estandartes y convirtiéndose definitivamente en dos de los jugadores más desequilibrantes del fútbol liguista, Social tuvo como mayor virtud la paciencia y esa obstinada percepción para ir lentamente en búsqueda del objetivo.

A esta altura de las circunstancias, hay que continuar reconociendo en Fernando Yori a un técnico capaz, no sólo por saber elegir refuerzos sino además por apostar a un esquema ofensivo explosivo, sin descuidar la tarea defensiva. Desde lo fáctico la ecuación es irrefutable: de los últimos 21 partidos que ha jugado Social, sin tener en cuenta los Play Offs 2009, sólo perdió 1.

Social jamás renunció a atacar, y supo aguantarse un flojo arranque, que quizás en otro plantel hubiera significado una demolición anímica. El equipo de la calle Mitre no pudo ganar en las primeras cuatro fechas de este nuevo torneo de dos ruedas, y recién en la quinta cantó victoria para ponerse a 5 unidades del puntero Deportivo Castelli, que fue de hecho colaborador indispensable en este título. Si no se hubiera derrumbado como lo hizo en la parte final del Apertura, otro hubiera sido el cantar.

Nombres descollantes

Como todo campeón, Social sostuvo su campaña en un equilibrio colectivo constante. Bernardo Cerdá fue sobrio desde el arco, Bazterrica manejó la última línea con oficio, acompañado ocasionalmente por los rendidores Barbosa, Suárez y Matías González, o por Flores y hasta Santiago Cairoli. Ninguno desentonó.

En el medio, otra vez fue notable el despliegue y la capacidad de Daniel Salom, el carrilero más desequilibrante de nuestro fútbol. Junto a él, la figura de Gualtieri, un jugador de andar pausado, pero que pocas veces se equivoca. Allí en ese sector colaboró Joaquín Mayoraz, un aporte de las inferiores que sigue creciendo, lo mismo que Sebastián Soria, que corre y juega en partes iguales.

Si algo tuvo de raro este Social fue que casi siempre Federico Roncoroni relegó a Leandro Battistessa en la titularidad. El “Chino”, autor del gol consagratorio, fue sostenido por el DT por encima de la capacidad goleadora de “Batti”, que junto a Alvarez fue el máximo artillero del equipo con 8 tantos. Pero la fórmula le resultó a Yori, y hasta le dio la cinta de capitán a quien tiene más físico de wing de rugby que centrodelantero de fútbol.

Y si estamos realzando las individualidades, no se puede dejar de mencionar a Hugo Alvarez, que sobre todo en la última parte del certamen brilló con su fútbol. Quien alguna vez fuera delantero de punta, fue retrasado unos metros por Yori y eso hizo que ganara en explosión. Fue imparable cuando se lo propuso y anduvo derecho para el arco, anotando 10 tantos en los 16 partidos que tuvo que jugar Social para quedarse con el Apertura.

Sobran elementos para alabar a Social, un equipo compacto que está marcando tendencia y puede seguir haciéndolo si no aparece un rival que le ponga un freno. Por ahora es el mejor del fútbol dolorense. Por eso es el bicampeón, y está haciendo historia.

Final cantado: ¡Social campeón!

Casi que no hubo partido, como que no fue necesaria esta revancha que tampoco fue tal. Todo se había definido en Conesa, como muchos pensaban y no se animaban a afirmar. Aquel 3 a 1 de la ida había sido lapidario. Lo sabía Social, pero tenía que ratificarlo, y los de Tordillo tenían por delante una ardua tarea como para complicarle el panorama a los dolorenses. Y no pudieron.

Estos 90 minutos que se jugaron el domingo ante una multitud en el Estadio (ante unas 500 personas), defraudaron a todos. Nada de fútbol, ni de un lado ni del otro. Ni del obligado Conesa, ni del más aquilatado Social, que sin Alvarez no encontró ni quiso hallar la manera de romper el hielo de un partido mal jugado, repleto de imprecisiones.

Fue tan malo el partido que recién a los 34 minutos de juego llegó la primera emoción, cuando Battistessa remató al arco y Saldúa respondió exigido en dos tiempos. A partir de esa llegada, Social intentaría algo más, ante un Conesa que tenía desaparecido a Salinas y lesionado a Juan Roch, que jugaba en una pierna desde los 20 minutos por un golpe en el tobillo derecho.

El visitante adelantó sus líneas en el arranque del complemento, y con ímpetu se llevó por delante a Social, que de contra esperaba arremeter contra la valla de Saldúa. Salinas se fue de punta, Peluzo pareció despertar y con un tiro libre a los 8’ de José Roch, que también se lesionaría pero continuaría jugando mostrando todo su coraje, mostraba el camino de sus buenas intenciones.

Pero a los 11’, un error grosero del arquero Saldúa acabaría con las ilusiones de Conesa. El uno quiso salir jugando con los pies, se equivocó feo y le regaló la pelota a Federico Roncoroni, que se acomodó y mandó el balón a la red para definir todo tempranamente. Era el final, el 4 a 1 en el global era inapelable, e inalcanzable a esa altura para los visitantes.

Todo lo que se jugó después fue como el partido mismo, porque era como que sobraba. Ambos equipos jugaron lo que quedaba pensando en el pitazo final del árbitro Rolando Galetta, con Conesa a los empujones y Social hilvanando alguna contra. Pero no pasó nada, porque a esa altura nada había por definir. Todo se había resuelto una semana atrás.