Un partidazo, de esos que no se olvidan así
nomás. Por lo que dieron, por el espectáculo, de afuera y de adentro. Por las
emociones, por la entrega y el coraje de uno y otro. El clásico de Castelli
tuvo muchas aristas para resaltar, en medio de un duelo que terminó igualado y
le puso mucha adrenalina al final del torneo Preparación, con cinco equipos
encerrados en cuatro puntos, y a dos jornadas del cierre. Tremendo.
Fue 3 a 3, y premio para Deportivo, que terminó con
9 y el arquero Claudio Tejeda como una de sus figuras. Independiente, que
culminó con 10 hombres, lo intentó casi todo. Le faltó esa pausa necesaria para
intentar con certeza la puntada final que no llegó. Y en el reparto del punto, el
líder salió favorecido pese a haberle abierto más el juego a Ever Ready, Social
y Sarmiento.
Con menos volumen de juego, el Rojo fue más
sólo en la parte final, porque en el balance fueron parejos, pero siempre más
inteligente y con mayores variantes Deportivo. Independiente arrancó ganando
desde temprano, cuando a los 9’
Ignacio Bidart encontró un rebote a la salida de un tiro libre y puso el 1 a 0 para el delirio del
local, que empezaba mojándole la oreja al campeón.
Poco había pasado hasta allí, poco pasaría
hasta mucho después. Se prestaron la pelota, dominaron de a ratos, pero no se
animaron a más. Hasta que a los 27’
empezó otro partido cuando Aversa se fue expulsado por un infantil codazo a
Barrios. Parecía declinar el poder de Deportivo, pero enseguida Etchemendy le
ganó por viveza un mano a mano a Suárez y corrió a enfrentar a Armendi,
tocándola al palo izquierdo y poner el empate.
Era la redención de los de Cellario, que sin
hacer demasiado se ponían en igualdad de condiciones ante un Independiente que
era incisivo solamente con Poveda, que primero intentó una chilena mostrando su
peligrosidad y después apareció para el 2 a 1
a los 43’
coronando un estupendo contraataque que contó con la inestimable colaboración
de Gustavo Sánchez.
Todo era volver a empezar para el “Depo”, que
parecía haber recibido un golpazo a poco del final. Pero quedaría mucho, porque
a los 45’
Etchemendy metió una corrida de las suyas abriendo otra herida en la defensa
roja que no pudo contener al gigante. El 9 fue a pelear, corrió, juntó a todos
los rivales y tocó para Gestido que empató sobe el cierre.
Ahora el que tenía que volver a empezar era
Independiente, que ya había hecho mucho, pero era poco ante un Deportivo que
mostraba su costado más aguerrido. Y habría más, porque poco antes del pitazo
final, Tadiello expulsó a Andrés Cámara y Etchemendy, por un infantil episodio
con golpes y empujones, que protagonizaron en el medio del campo. Ahí el
visitante perdía una pieza clave, para el partido y para lo que viene.
Las pulsaciones bajaron para el complemento y
fue Deportivo el que mostró el camino en los primeros minutos. La pelota pasó
por los que saben, y el ritmo fue el que impuso Rógora, pensante, con un cambio
menos y sin el vértigo que quería Independiente, que sin embargo casi sorprende
con Poveda a los 8’.
Cada vez que aparece, Rógora mete miedo, y si
es de pelota parada ni hablar. Precisamente una falta sobre él devino en un
tiro libre sobre el borde del área de Independiente. Se paró frente al balón,
Armendi armó una barrera superpoblada pero no fue impedimento para que la
pelota viajara preciosa y precisamente al ángulo izquierdo del arquero, que
nada pudo hacer para impedir el golazo. Por primera vez Deportivo estaba arriba
a los 17 minutos, y le quedaba un largo trecho para defender la ventaja
obtenida.
El resultado a favor incidió negativamente en
el rendimiento del blanquinegro, que instintivamente se refugió muy cerca de su
área, obligado también por un Independiente que a los 19’ tuvo el empate, pero lo
desperdició Sánchez, y que dos minutos después tuvo su oportunidad en un penal
que Malgor le cometió a Suárez. La ejecución de Poveda fue muy anunciada, y
Tejeda le adivinó la intención al arrojarse sobre su derecha.
Semejante golpazo anímico parecía hacer decaer
las acciones del Rojo, pero con actitud fue encerrando a un Deportivo que se
paró bien atrás y aguantó como pudo esperando la contra. Bidart paró un equipo
distinto haciendo ingresar a Alfredo Cámara, y mandando a Suárez a jugar “de 9”, pero nada pasó hasta que a
los 36’
Tadiello cobró otra falta máxima en el área del Depo y fue esta vez Cámara a la
ejecución perfecta, a media altura y al palo izquierdo para el 3 a 3 final.
Quedó un rato más de partido en el que Independiente insistió repitiéndose en pelotas largas que no incidieron ante un Deportivo que entendió cuál era su negocio, en el marco de un clásico inolvidable. Y tremendo.