No hay calor ni rival que pueda con Social. Al menos eso parece por ahora. Ayer el vencedor de la fase clasificatoria se sacó de encima el primer chico con Sarmiento, que pareció acorralarlo de entrada, pero que sufrió con la efectividad del equipo de la calle Mitre, y de las certeras apariciones del temible Federico Roncoroni.
El
“Chino” fue otra vez vital, y mortal. Apareció cuando su equipo más lo
necesitaba, e hirió de muerte a un Sarmiento que deberá repuntar no sólo un
resultado adverso sino también toda una maquinaria futbolística que ayer anduvo
de a ratos, pero que no alcanzó.
Sarmiento
intentó ser feroz, Social lo esperó y en una de las primeras que tuvo lastimó.
La última línea “Calavera” titubeó y Silva encendió su genio para habilitar a
Roncoroni, que definió como el sabe. Apenas un cuarto de hora y los de Auciello
en ganancia.
La
emotividad se hizo presente enseguida, porque Diego Herrera logró el empate
transitorio dos minutos después, haciendo nacer un partido que prometía acción.
Pero entre el calor y los cuidados todo se fue desfigurando.
Con
una receta más atractiva, Sarmiento quería llevarse por delante a un Social
firme en defensa, y que tuvo en Roncoroni a su emblema para ir sumando
felicidad, porque a los 9’
del complemento otra vez el “Chino” pondría toda su sapiencia y la viveza
clásica de un goleador nato para estampar el 2 a 1 con un cabezazo encendido
de buena dirección.
Fue
Sarmiento y no pudo. Córdoba intentó, Herrera gravitó, pero ninguno le acertó
al arco, y cuando lo hicieron respondió Bernardo Cerdá –que reemplazó al
suspendido Calabrese- con confianza. Hubo méritos y ganas, pero los goles los
hizo Social, que ya empieza a mirar de reojo la chance grande de meterse otra
vez en una final.
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