Fútbol cero

Cero en fútbol, un puñado de emociones y la temperatura a mil. Síntesis del pobre partido que ayer jugaron Ever Ready y Sarmiento, que terminó en medio de un clima caliente entre los jugadores e hinchas del albo con el árbitro Pedro Tormey, a quien en un rato apenas se le escapó el partido de las manos.

Fue empate y estuvo bien, porque ninguno de los dos mereció más. Ganaba Sarmiento porque el improvisado delantero Miguel Silva, aprovechó en el cierre del primer tiempo una falla compartida entre Casco y Ranieri, y fue a definir con el arco a su disposición. Pero el propio Silva hizo agrandar a Ever Ready haciéndose expulsar en el segundo tiempo.

El blanquinegro tenía la pelota y no le encontraba la vuelta al buen planteo de los de Irazábal, hasta que a los 36’ empató Pablo Arriola de cabeza. Hubo una protesta del DT “Calavera”, que se fue expulsado, y allí el partido entró en un cono de nerviosismo indisimulable. Matías Melín metió un cabezazo infernal que dejó sin chances a Ranieri a los 44’, y parecía comenzar a escribirse el triunfo de Sarmiento.

A esa altura el partido era de ida y vuelta, y un avance de Ever Ready terminó en un tiro libre en la puerta del área grande. Y mientras todo Sarmiento se acomodaba en la barrera, Parodi sorprendió y le dio al arco directo. Nada para discutir, y el resultado que estaba otra vez igualado.

El tanto hizo agrandar al blanquinegro, que iba por la victoria. Manejados por Ignacio Bidart, que hizo una linda sociedad con Diego Márquez, los de Crocci avanzaban en los metros finales y en un avance el árbitro Tormey dio una falta inexistente de Elizalde sobre el mismo Márquez. Cobró tiro libre y el arquero Ludueña se fue de boca. Roja directa, y el mismo camino siguió su hermano, que encima atropelló al juez del partido.

Los nervios crispados, la mecha encendida y nadie que ponía calma en Sarmiento, salvo Leo González que se avivó y ordenó el ingreso de Martín Canale para que ocupe el arco en los instantes que quedaban. El público de Sarmiento y el banco, que tampoco ayudó a calmar nada, enardecido contra el juez, que si bien es cierto perdió el control, jamás incidió en un resultado que se le escapó al “Calavera” por no saber controlarse.