Apareció Ever Ready, como una tromba, con la
fuerza que le dieron los cambios justos que metió Irazábal, esos que se
tradujeron nada más y nada menos que en los tres goles que le dieron un triunfo
sufrido ante un Conesa que fue un rival tremendo y voraz, que en el principio
del juego mostró sus mejores atributos que luego se fueron desdibujando.
No le sobró nada al ahora único puntero del
torneo “Jorge Pereyra”, pero con la victoria de ayer sumó mucho más que tres
puntos: adicionó confianza para los últimos cuatro juegos que le quedan, y dio
un paso gigante para ser uno de los cuatro semifinalistas que irán a la caza
por la corona, en detrimento de un Conesa que dejó pasar una oportunidad única
para situarse ahí adentro, hipotecando su futuro.
¿Ever Ready encontró el triunfo o lo buscó? Fue
un mix de ambos atributos. Conesa había arrancado mejor, suelto y con
profundidad. La parada se le presentó brava al blanquinegro de Dolores, que en
los primeros 20 minutos se vio superado por un rival punzante y con variantes
ofensivas que lo complicaron.
Tardó el puntero en encontrarle la vuelta al
partido, hasta que Jonathan Márquez encendió el termómetro en la mitad de la
cancha y enfrió la vorágine. Y apretó el acelerador en los 10 minutos finales,
poniéndole valor a la tarea de Gelmini, pero chocando con una dupla ofensiva
que fue bien absorbida por los duros centrales conesinos.
El partido pareció hacerle una señal a Ever
Ready, cuando a los 7’
del complemento el arquero Saldúa debió salir de urgencia a cortar con la mano
un pelotazo a Coronel. El árbitro Marino, que dejó lugar a mucha e innecesaria
pierna fuerte, le mostró correctamente la roja, abriendo en Conesa una
incógnita y perdiendo a un baluarte como José Roch, que ante la falta de un
relevo acorde fue a ocupar la valla.
Nadie se sorprendió cuando el espigado marcador
fue al arco, porque ya había mostrado sus atributos en otras ocasiones, pero su
falta Conesa la sintió después, aunque tuvo un par de intervenciones
interesantes. Y como para no dar muestras de empequeñecimiento, los de Tordillo
no renunciaron jamás al planteo de pensar siempre en el arco de enfrente, con
cierto desparpajo, y hasta con desprolijidad, pero molestó primero con un
remate de Juan Roch que tapó Hernando.
Lo mejor vino al final
Conesa había llegado ya con profundidad, pero la
lesión de Madrid Herrera lo condicionó más aún. No importó, porque a los 25’ Alcides Martínez sacó un
furibundo remate que Hernando tapó en forma estupenda, pero la violencia de la
ejecución hizo que el balón le cayera al siempre atento y peligroso Juan Roch, que de cabeza la empujó para el 1 a 0.
Parecía servido para el visitante, ante un Ever
Ready desconcertado y aturdido por el inesperado golpe. Pero salió la actitud,
saltó Lanfranchi desde el banco y en la primera que tocó empató de cabeza, a
los 33’ ,
tras un tiro de esquina ejecutado con el veneno que sólo Gelmini sabe darle al
balón. El empate retempló al equipo de Irazábal repentinamente, y el DT se la
jugó metiendo en el campo a Carlos Márquez, de escaso rodaje en la primera
división.
El potente delantero hijo del inolvidable
“Carli” estuvo donde tenía que estar a los 42’ , cuando el sufrimiento empapaba los cuerpos
de los hinchas de Ever Ready, y el pibe empujó la pelota que magistralmente le
bajó de cabeza Moltoni en otro tiro de esquina de Gelmini, colocando el 2 a 1 que le daba a los de la
calle San Martín tres puntos muy necesarios y valiosos, que se hicieron bien
firmes y palpables a los 49’ ,
cuando otra vez Márquez mostró sus dotes ganándole en el mano a mano a
Rodríguez y tocándola ante el arco desguarnecido de José Roch, que había ido a
buscar la heroica al área de enfrente.
Y así con
temple, corazón y jerarquía para mantenerse siempre en pie en los peores momentos,
y aprovechando que desde el banco llegó la recete mágica de los goles, Ever
Ready se sacó de encima un áspero rival que no pudo aguantar, y de paso dio un
paso muy grande hacia la clasificación.
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