lunes, 15 de junio de 2009

Un círculo que se cerró con la consagración



Historias de las que terminan bien, de esas que a lo largo de un camino se van minando con argumentos sólidos y que encuentran un final feliz, como el presente que hoy tiene Independiente de Castelli, que ya a mediados de 2008 comenzó a gestar y a pensar en cómo rodear la llegada de Pablo Corti, que una vez retirado de Aldosivi dijo que iba a jugar un año en el club que lo vio nacer.
Para acompañarlo, se apostó a la continuidad de un grupo de jugadores probados, y la dirigencia se la jugó con un DT conocido, pero extraño: “Bachi” Bidart, un ícono de Ever Ready. Conocedor de las armas que poseía el Rojo, al único jugador que llevó fue a Gastón Garófalo, un mimado de siempre y un referente del paladar futbolístico del ex volante central blanquinegro. El sería el enlace de la estrella que había fulgurado en Aldosivi, y de repente su reemplazante en casos de emergencia.
Y así nació este Independiente que fue haciendo mojones en cada presentación. Debutó en Conesa y allí el propio “Rodo” llevó a la victoria a los suyos, con dos tantos. Luego recibió a Social, que en los papeles parecía complicado. Fue 4-2, con mucha autoridad y ya pasta de candidato. Luego, un cómodo 3-0 visitando al Rojo dolorense, con otros dos de Corti, que mostraba a qué y por qué vino a jugar a nuestro fútbol.
Cuatro jugados y cuatro ganados, y a la par el siempre obstinado Sarmiento que ganaba, gustaba y goleaba. Llegaba la hora de la verdad y en el quinto capítulo debían verse las caras en Castelli. Partidazo de ida y vuelta, vibrante y emocionante. Los tres puntos son de Independiente, que sorprende con Traverso y ratifica con el voraz Amara. El camino se iba hallanando.
En la sexta no podía estar Corti, lesionado, y a Independiente se le complica la mano con Ferro. Juega mal el primer tiempo pero lo gana 1-0, y después lo liquida con un segundo tiempo plagado de efectividad para coronarlo con un 5-1 lapidario. Era en el prólogo al clásico con Deportivo, su sombra negra en la última década. Pero el Rojo le tira los pergaminos y lo supera 2 a 0. Y festeja, porque se saca un peso muy pesado de encima, y porque ve que la vuelta olímpica está cerca. Sarmiento, mientras tanto, sigue a paso firme.
Penúltima jornada con su rival quedando libre. Es la oportunidad, piensan en Castelli. Lo mismo pasa por la cabeza de Ever Ready, que llega con chances pero obligado a ganar. Estuvo cerca el equipo de Cellillo, pero el 0 a 0 final lo deja bien parado a Independiente, que llega a la definición con un punto de ventaja.
…y al final, la consagración
El domingo era el día soñado. “Bachi” Bidart vuelve a contar con todos los jugadores que siempre quiso tener. Ya no había lesionados ni suspendidos. Enfrente estaba el complicado Dolores, que sale a jugarle de igual a igual, presionando, metiendo como si tuviera posibilidades de ser campeón y con unas ganas terribles de aguarle la fiesta anticipada.
Los nervios, la maldita costumbre de saberse ganador antes de tiempo, hacen que a Independiente le salga casi todo mal. Llega el gol de Juan Pablo Suárez, justo, por el empuje que estaban metiendo los de la calle Chascomús. Se escucha que gana Sarmiento y es campeón momentáneo. Más nervios y un primer tiempo que se va con muchos nubarrones en el horizonte pintado de rojo.
Pero este equipo demuestra temple, y enseguida aparece ese soberbio delantero que es Amara y empata. Y ni tiempo da hasta que pone el segundo en apenas 4 minutos. Ahora respira Independiente ante un abrumado Dolores, que pierde la brújula y no halla respuestas. Corti tranquiliza con sapiencia, abre la cancha con Medina y Silva, dos aciertos de Bidart para reemplazar a “Faro” Cámara y Garófalo, algo cansados. La cosa se simplifica.
Otra corrida de Amara y expulsión del arquero Calabrese, de gran actuación en la primera parte. Gutiérrez al arco, y en el tiro libre golazo de Corti. Se desata la locura a falta de 20 minutos, tiempo necesario para administrar la ventaja, tener la pelota y hasta para cometer alguna distracción como en el descuento de Acevedo. No importa, Silva pondría el cuarto enseguida.
Ahí va Independiente dando la vuelta, con la copa en manos de ese señor jugador que es “Rodo” Corti, que vino a cumplir con su gente y lo hizo. Algarabía en los históricos como los hermanos Cámara, Leonardo González, Gerardo Amara, Sebastián Insua, el repatriado “Bombón” Ayala, Sebastián Landriel y los chicos, esos chicos que van pidiendo cancha de a poco y que están teniendo oportunidades.
El círculo se cerró perfectamente. Lo hizo Independiente, que marcó hitos con una campaña estupenda, bajando récords y mostrando momentos de muy buen fútbol. Es merecido, muy merecido. ¡Salud campeón!


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