jueves, 20 de agosto de 2009

Objetivo cumplido y lindo espectáculo

El objetivo se cumplió. Hubo una buena cantidad de público que colaboró con la causa (aproximadamente se vendieron 370 entradas y se juntó una muy buena cantidad de alimento para el comedor Manos Dolorenses), y si bien no fue una multitud fue el número de espectadores que la Liga Dolorense de Fútbol aguardaba en una noche fría, muy fría, que atentaba contra cualquier resistencia a andar fuera de casa.
Pero ahí estuvieron los de siempre, los de cada domingo, y falló ese plus que se aguardaba y que no fue al Estadio Municipal porque el frío le ganó a la curiosidad. Y vino gente del fútbol de toda la región, como ameritaba una ocasión tan especial como esta: gente de Castelli, de General Guido, de La Costa, de General Lavalle, de Maipú, de General Conesa, etc., que presenció un lindo partido.
Y hubo 90 minutos de fútbol, bajo el cobijo de la nueva iluminación del “Delfor del Valle” que ha mejorado notablemente, y que vio como la Preselección Argentina Sub – 18 del “Checho” Batista, le ganó 1 a 0 a nuestro combinado mayor con un gol de Hugo Nervo, el capitán que juega en Arsenal de Sarandí.
De igual a igual
No salió a esperar Dolores de arranque. El DT Pablo Etchegaray puso un equipo ofensivo y ordenado atrás, y de arranque casi sorprende con la velocidad de Amara que se entendió muy bien con Franco Gelmini, y un cabezazo de éste se fue besando el palo izquierdo del arquero Andrada.
Argentina por supuesto no jugó nunca desordenada, y era de esperar porque es un grupo que se conoce a la perfección, que está entrenando tres veces a la semana en Ezeiza desde abril, y porque en definitiva prima el buen pie en el gusto del DT ex volante central de la albiceleste, a quien asiste Walter Perazzo.
De a poco, el equipo nacional fue encontrando el balón y manejando los hilos desde el mediocampo, con un volante central como Mazzola muy criterioso, un carrilero derecho como Pereyra, que empezó a correr en el primer tiempo y fue figura en el segundo destacándose por su movilidad y entrega. A ellos se agregaba la latente peligrosidad del tándem ofensivo xeneize, formado por Acosta y el “tanque” Unrein.
Argentina tuvo e hizo correr el balón. Dolores no se desesperó y se distribuyó bien las tareas, con la contención de D’Angelo, el andar de Ayala y la solvencia de Roberto Ludueña y Leo González para aventar cualquier peligro que se viniera encima de la valla que en ese lapso del partido defendió Andrés Marti.
Cuando Dolores se animó
Si bien fueron escasas las llegadas, no fueron pocas las lindas combinaciones que metieron los que juegan lindo de nuestro lado: las paredes entre Rógora, Gelmini y Amara a toda velocidad presagiaban futuros golpes que nunca llegaron porque casi siempre los delanteros chocaban con la enorme presencia de dos centrales de lujo como Nervo y Pezzella, más el aporte de otro buen valor como Achucarro.
Claro, enfrente tenía Dolores a algunos de los mejores jugadores del país en esa edad, y con un estado físico tremendo que promediando el primer tiempo comenzó a hacerse notar. El partido era rápido como proponían ellos, y las jugadas más peligrosas se sucedían en el arco dolorense. Y allí se lo perdió Acosta entrando por derecha, Fariña le entró duro y desviado, Marti debió jugársela ante Unrein y una vez más el ex arquero de Deportivo Castelli le puso las manos a un disparo seco del racinguista Fariña.
Llegó la segunda mitad, y la tónica del encuentro continuó siendo similar. Varios cambios en Dolores refrescaron el juego y la idea, aunque a esa altura era difícil de cambiar la ya consolidada diferencia de Argentina, que realizó solamente tres variantes tratando de extender la buena tarea realizada en los primeros cuarenta y cinco minutos.
Llegó el gol
Tardó Dolores en acomodarse, y también tardó Argentina en aparecer. Atrás el conjunto local no fue tan sólido, y en el elenco azul de Batista brilló con luz propia y cada vez más intensa el número 8 Roberto Pereya, de andar incansable, de panorama estupendo y gran solidaridad. El pelilargo de River encontró siempre su hueco, y por su banda fue un tractor.
Dio la sensación que chicos como Pereyra, Mazzola, Pezzella, Nervo, Acosta, Achucarro y Andrada están ya consolidados dentro del gusto de Batista, y anoche todos le cumplieron. Y tal es así que un tiro libre “servido” por Pereyra le cayó en la cabeza a Nervo y éste a los 20’ puso el 1 a 0 que sería el definitivo.
Ya no alcanzaría a Dolores con las ganas enormes de Sergio Poveda, que entró a comerse la cancha, ni con las gambetas inconclusas de Diego Márquez. El esfuerzo estaba hecho y el papel de nuestra selección fue aceptable, ante un conjunto de donde saldrán probablemente algunas de las estrellas del futuro inmediato, en medio de un partido donde se cumplió con una causa noble como es la de ayudar a quienes más nos necesitan. Ahí todos los que fueron ganaron por goleada.

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