Sin brillar, aprovechando casi la única que tuvo y confiado en sus propias virtudes, Conesa se clasificó ayer como semifinalista del torneo “Luis Insua”, al vencer a Sarmiento por 1 a 0 y asegurarse así un lugar entre los dos de la Zona A, en un partido cerrado que se definió en una sola jugada.
Hubo una coincidencia. El gol llegó cuando el local jugaba mejor que un Sarmiento que siempre tuvo como única alternativa la de tirarle todas las responsabilidades a Jorge Equisito, que pocas veces encontró apoyo para descargarse. Y así los de Villalba le encontraron la vuelta al partido, controlando al estratega del equipo de Dolores y tratando de lastimar con Salinas casi jugando de “Llanero solitario”.
Además de chocarse con un rival que supo aprovechar su momento, Sarmiento también tuvo mala fortuna. Ni bien arrancó el partido se lesionó Sters, y eso trastocó los planes de Barragán. Ingresó Martínez en lugar del central, y la defensa debió pararse de otra manera. No obstante ello, el equipo de Dolores fue más compacto en el arranque y tuvo las mejores oportunidades de abrir el marcador.
Tratando de hacer circular el balón en una cancha en pésimas condiciones, Sarmiento llegó al arco conesino a los 20’, con un remate de Jorge Equisito que se desvió en Rodríguez y por poco no descoloca al arquero Saldúa. El local respondió con una tibia aparición de Salinas, y a los 30’ Ibarra le cometió un claro penal a Melín que el mismo Equisito desperdició ejecutado muy desviado.
El fatal error del estratega de Sarmiento levantó el ánimo de un Conesa que se fue acomodando de acuerdo a las circunstancias, y que tuvo el empate en una corrida de Salinas que ahogó Ludueña saliendo rápidamente con los pies. Pero también el local sufriría en carne propia las an-sias del “Calavera”, cuando Herrera se lo perdió solo y de cabeza bajo los tres palos.
Con esas emociones finales se había ido un primer tiempo donde Sarmiento había insinuado un poco más, pero el partido y el tránsito por un campo “minado” y poblado de volantes hacía que el fútbol apareciera con arrestos individuales.
El equipo de nuestra ciudad era el obligado por las circunstancias. Quiso pero no pudo, como en ese tiro libre del ayer primer marcador central Elizalde que se fue cerca del segundo palo, tocado el balón por Saldúa. Después Melín lo perdió por poco de cabeza. Fueron las últimas de un Sarmiento que se fue apagando conforme fue desapareciendo la imagen de Jorge Equisito.
Y mientras eso pasaba, Conesa empezó a apretar el acelerador y a buscar a Salinas insistentemente. A los 14’ el delantero lo perdió de cabeza y a los 22’ el local encontró la ventaja tras vapulear la valla de Ludueña. Un centro pasado al segundo palo cayó en los pies de Herrera Ma-drid, éste tocó para Lacoste que desde la derecha metió otro centro al corazón del área, Elizalde sacó como pudo al borde del cuadrante mayo y ahí apareció el derechazo formidable de Adrián Alday para el 1 a 0.
Quizás no era justo lo de Conesa, pero era meritorio. El conjunto de Villalba había cambiado cuando el partido lo ameritaba, aprovechando el quedo de un Sarmiento sin respuestas y repe-titivo, que a los 39’ se quedó con diez por la expulsión de su arquero Ludueña, que no tuvo otra que salir lejos para cortar a Salinas. Ya no quedaba tiempo para más, y fue el local entonces el que saboreó el gran gusto de ser uno de los semifinalistas.
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