lunes, 19 de noviembre de 2012

A puro coraje, Sarmiento llegó a la final


A toda garra y corazón. Con mucho ímpetu y en apenas un rato, Sarmiento dio vuelta una historia que venía torcida con Independiente de Castelli, y con un sufrido 3 a 3 final se metió en la definición del torneo “Jorge Pereyra”, tras haber ganado la semana pasada como visitante por 2 a 1.
Independiente de Castelli vino a hacer el gasto, como mandaba la historia de hacía siete días. Allá en su cancha, el equipo de Bidart había perdido y estaba obligado. Pero Sarmiento se paró bien y le complicó la tarde al Rojo, que insistió hasta que a los 35’ Poveda abrió el marcador poniendo la cabeza.
La ventaja dejaba la historia igual, con un 2-2 en el global que volvía todo a fojas cero. Monge se fue expulsado y preocupó más a un Sarmiento algo atado, al que le costaba molestar a Mansilla, que respondió bien cada vez que fue exigido en un primer tiempo que terminó con la ventaja parcial del visitante.
La receta de los castellenses volvió a repetirse y a ser exitosa, cuando Poveda otra vez de cabeza aumentó el marcador a los 10 minutos, dejando a Independiente con la ventaja mínima y el pase a la final asegurado hasta ese momento.
Pero Sarmiento resurgió como una tromba, con una fuerza goleadora incontenible. Ya estaba Patricio Márquez en la cancha, y fue quien enarboló la bandera de una increíble remontada. El delantero puso el centro para el descuento de Marcelo Gutiérrez a los 19’, y Facundo Muñoz puso el 2 a 2 tan sólo cuatro minutos después. Independiente se veía desbordado, confundido y en sus peores momentos.
Con un hombre menos y una estupenda efectividad, el “Calavera” estaba haciendo una gesta inolvidable, que empezó a tomar otro cariz a los 30’ cuando Herrera metió una carrera monumental y un zapatazo terrible que fusiló a Mansilla: 3 a 2. Festejo y locura de un lado. Incredulidad y decepción del otro.
Pero a esta aventura de Sarmiento le faltaba otro condimento, como para darle más valor y brillo a un resultado formidable. Sebastián Suárez, el que nunca se entrega, empató para Independiente a los 36’, imprimiéndole a los instantes finales una cuota de dramatismo que aumentó la heroicidad de los nueve jugadores que terminaron, porque a los 39’ Simón vio la roja y le dio otra mano a un Rojo que empujó y no pudo ni consigo mismo.
Tadiello pitó el final y Sarmiento desató una fiesta gigante. Adentro de la cancha los jugadores fueron un racimo de alegría. Afuera en su tribuna, los hinchas del albo desbordaban de felicidad y orgullo, por un equipo que dio todo y se abrazó a un resultado que pareció inalcanzable primero y se convirtió en palpable en un rato. ¡Cómo para no festejar!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este campeonato es de sarmiento por la entrega y compromiso....