Nada de exhibición ni floreo. Sarmiento ganó ante Independiente trabajando un partido que pareció una práctica. Todo pasó por lo que quiso hacer uno de los punteros del Apertura, que mentalmente empezó ganando desde los vestuarios, pero tardó 28 minutos para comenzar a materializarlo.
Y como fue todo tan fácil, Sarmiento hasta se dio el lujo de jugar por un buen rato decididamente mal, con notorias imprecisiones de esas que se ven poco. Pero como del otro lado no había respuestas, el partido aburrió porque nadie rompió el hielo de un primer tiempo insoportable.
Recién a los 28’ Sarmiento aceleró en una jugada aislada. Luco la perdió por su sector y Jorge Equisito partió por la derecha sin marcas con pelota dominada (y atada). A pura velocidad llegó al fondo y puso el centro para que Gelmini conectara de cabeza. Comenzaba a gestarse le victoria.
Para el segundo tiempo Irazábal mandó a Salinas por el autor del único gol. Buscaba más profundidad y sorpresa. Lo logró, pero el delantero que saltó desde el banco entró con escasa puntería. Tuvo varias y las desperdició, le falló la puntería y permitió que se luciera Franco Pardo. Por eso el segundo lo metió Ramírez coronando un veloz contragolpe.
Independiente estaba herido desde hacía rato, y se desengraba en su falta de ideas. Sarmiento caminaba la cancha sin apretar el acelerador y administraba una victoria fabricada con sencillez y además clave, porque fue la de su penúltima presentación del Apertura. Tiene que esperar, y después cerrar con Ferro.
Y como fue todo tan fácil, Sarmiento hasta se dio el lujo de jugar por un buen rato decididamente mal, con notorias imprecisiones de esas que se ven poco. Pero como del otro lado no había respuestas, el partido aburrió porque nadie rompió el hielo de un primer tiempo insoportable.
Recién a los 28’ Sarmiento aceleró en una jugada aislada. Luco la perdió por su sector y Jorge Equisito partió por la derecha sin marcas con pelota dominada (y atada). A pura velocidad llegó al fondo y puso el centro para que Gelmini conectara de cabeza. Comenzaba a gestarse le victoria.
Para el segundo tiempo Irazábal mandó a Salinas por el autor del único gol. Buscaba más profundidad y sorpresa. Lo logró, pero el delantero que saltó desde el banco entró con escasa puntería. Tuvo varias y las desperdició, le falló la puntería y permitió que se luciera Franco Pardo. Por eso el segundo lo metió Ramírez coronando un veloz contragolpe.
Independiente estaba herido desde hacía rato, y se desengraba en su falta de ideas. Sarmiento caminaba la cancha sin apretar el acelerador y administraba una victoria fabricada con sencillez y además clave, porque fue la de su penúltima presentación del Apertura. Tiene que esperar, y después cerrar con Ferro.
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