Social ya se siente campeón

Este equipo no sabe de frías especulaciones, y responde siempre en la cancha, como lo viene haciendo a lo largo de este Clausura. Por ahí tiene el lustre de otros campeones, ni el brillo de grandes equipos, pero rinde, gana y tiene todo el derecho del mundo a sentirse campeón, un título que podría quedar en vilo por unos días, pero a esta altura ¿a quién le importa en Social?.

Aquella campaña que se iniciara con fáciles goleadas se fue acotando a medida que pasaban los partidos, pero Social nunca esquivó el bulto y cuando la cosa se complicó supo pegar, como lo hizo con dos pesos pesados como Independiente de Castelli y Sarmiento.

Y ayer fue el turno de Ferro, que para sorpresa de muchos llegaba como escolta, y con chances de acomodar los melones de este cajón imaginario que es el Clausura, y que tiene a los de Yori mostrando el norte. Pero otra vez Social no se inmutó, y demostró por qué tiene armas para sentirse campeón más allá de todo.

Independientemente de jugar feo o lindo, tiene dos armas letales que cuando rondan el área no perdonan, como son Hugo Alvarez y Leandro Battistessa, quienes ayer volvieron a hacerse sentir ante un Ferro que fue una lágrima, y que lo devolvió a planos que parecía habían quedado en el olvido.

Con su juego práctico y voluntarioso, guiado por el siempre pensante Silvio Morcella, apuntalado por dos chiquitos que corren con la experiencia de dos veteranos como Mateo Carzolio y Joaquín Mayoraz, y una defensa que cuando está Germán Capdeville es más garantía que nunca, Social jamás pasó sobresaltos ante un Ferro que de escolta mostró solamente el puntaje, porque en actitud y en juego se llevó un cero gigante.

De principio a fin Social siempre se mostró mejor, con más ideas que un Ferro preso de una situación límite que le quedó demasiado grande. Salvo en los primeros quince minutos, donde al menos apretó en los sectores de gestación, después los conducidos por Jorge Traverso fueron fácilmente superados en todas las líneas.

Encima cuando aún Social no se había arrimado, desde un lateral gestó el primer gol de la tarde. Daniel Salom, de gran despliegue como siempre, recibió y la aguantó por derecha ante la marca inocente de Ruffini que le permitió dar media vuelta y sacar el remate, Rodríguez salió mal y apareció Battistessa para anotar a los 18 minutos.

A partir de allí crecería en confianza Social, pero no sería una tromba ni mucho menos, porque siempre hizo todo con tranquilidad, total Ferro ni se inmutaba. El tiempo se fue comiendo mansamente los minutos de un poco vistoso primer tiempo, y en el arranque del complemento otra vez pegarían los de Yori. A los 9’ gol olímpico de Hugo Alvarez desde la punta izquierda, con Rodríguez como partícipe necesario.

Parecía que todo se encaminaba a un triunfo fácil, pero no fue así porque enseguida y en una distracción defensiva llegaría el descuento del recién ingresado De los Santos. Fue sólo un espejismo, porque luego de ello Ferro no reaccionó y Social siguió apostando a esperar e ir de contra, arma predilecta de un equipo que lo hace a la perfección, como esa corrida de Soria que terminó en centro y golazo de Alvarez para el 3 a 1 a los 35’.

No había mucho más que esperar, sólo que el reloj transcurriera con sus minutos finales para desatar el festejo. Social se sintió campeón y fue a festejar. Había bajado a quien más cerca tenía en la tabla y no le importó nada si aún otros tienen chances o las tendrán. Sin meditarlo ni un segundo, allá fue por su vuelta olímpica, por el grito de dale campeón y la dedicatoria a todos. Por ahora tiene el título bajo el brazo y nadie a la vista que pueda discutírselo.